Hoy 29 de mayo se conmemora el 183º aniversario del fallecimiento de Humphry Davy (1778-1829).
Davy (1778-1829) consiguió aislar metales muy reactivos, como el sodio, el potasio, el estroncio, el bario y el magnesio; así como el boro (simultáneamente a Gay-Lussac). Identificó el cloro y el yodo como elementos químicos, que habían sido descubierto con anterioridad, pero no reconocidos como tales. El cloro había sido aislado por Scheele pero pensaba que era un compuesto químico que contenía oxígeno.
Hizo estudios que definieron el carácter ácido de las sustancias químicas. Lavoisier había postulado que todos los ácidos tenían oxígeno. En 1811 Davy encontró, al estudiar el ácido muriático (clorhídrico, HCl), que no es necesario oxígeno para tener un ácido y llegó a la conclusión de que el principio ‘acidificante’ es el hidrógeno. En 1814, Davy afirmó que la acidez no depende de ninguna sustancia elemental, sino más bien es consecuencia de una combinación peculiar de varios elementos.
En 1815 inventó la lámpara para mineros, que hacía más segura la extracción del carbón. Investigó diversos óxidos, especialmente de nitrógeno, como el óxido nitroso (el gas de la risa) que usó como anestésico y que probó él mismo.
Davy fue una de las figuras científica y humana más destacada de su época (comienzos del romanticismo). De familia muy humilde, con esfuerzo y una muy alta capacidad intelectual, llegó a la cumbre científica y social (fue nombrado Sir). Desde 1802 fue el primer profesor de química de la Royal Institution (RI). Esta institución fue creada en 1799 como centro de investigación, que actualmente sigue en activo; siendo una de las más prestigiosas del mundo, en la que han trabajado científicos de gran importancia. Aunque era muy joven (23 años), Davy fue contratado por la RI para encargarse del laboratorio de química. Instauró un laboratorio de electroquímica (denominado de galvanismo en aquella época) con el que alcanzó rápida fama como científico y como divulgador de la ciencia.
Una de las actividades que implantó fueron las conferencias (con demostraciones prácticas) abiertas para el público en general que llenaban el auditorio de la RI, habiendo dificultades para conseguir entradas. Fueron muy populares en su época y la tradición se mantiene tras más de 200 años. De hecho, las conferencias navideñas de la Royal Institution son frecuentemente transmitidas por la televisión británica (BBC). Davy renunció a su puesto de profesor en la RI en 1812, manteniendo el de director del Laboratorio de Química hasta 1825. Llevó una vida muy activa. Se casó con una viuda rica (que le garantizó bienestar económico), viajó frecuentemente por Europa, impartió conferencias, realizó investigaciones químicas e inventos, asesoró al almirantazgo británico, y fue presidente de la Royal Society (la sociedad científica fundada por Boyle y sus coetáneos).
Aunque Davy falleció relativamente joven (en Suiza, durante uno de sus viajes), sus logros científicos fueron inmensos; aunque ‘el descubrimiento del que más presumió fue el de Michael Faraday’.
Bibliografía:
1) R. Lamont-Brown, Humphry davy. Life beyond the lamp. Sutton Publishing, 2004.
2) D. Knight, Humphry Davy. Science and Power. Cambridge University Press, 1992.
Notas:
1) Adaptado del libro Los avances de la química (Libros de la Catarata-CSIC, 2011).
2) Este post participa en la XV Edición del Carnaval de Química, que aloja el blog El cuaderno de Calpurnia Tate.
Bernardo Herradón García CSIC [email protected]
«aunque ‘el descubrimiento del que más presumió fue el de Michael Faraday’»… aunque esa es otra historia, que espero cuentes algún día por aquí, Bernardo.
Gran post. Saludos!
Gracias Dani,
Creo que Faraday es una de mis debilidades científicas; para mi fue realmente emociante estar en la Royal Institution el verano pasado y estar en su magnífco auditorio, por el que han pasado muchos grandes.
El viernes en Almería hablaré de Faraday.
Bernardo
He leído sobre la vida de Day en el libro «La edad de los prodigios», editado por Turner, que, lógicamente recomiendo
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