En este enlace se puede descargar la copia de la conferencia ¿Un futuro para la ciencia? impartida por Bernardo Herradón en el curso ‘Los avances de la química y su impacto en la sociedad‘.
Un artículo sobre política científica y educativa que acabo de publicar en JoF. Se titula «El país que tenemos ¿es el país que queremos?» y se puede descargar en este enlace.
En el artículo se recogen 24 propuestas para el futuro. Estas son:
1) Pacto de Estado por la Educación. Una ley de educación que abarque desde el preescolar hasta el tercer ciclo universitario (doctorado), con el máximo consenso y con el compromiso de que no se modificará en varias décadas. La ley debe ser una norma de mínimos y orientada a que se pueda acceder al siguiente estado. Por ejemplo, si el estudiante acaba un ciclo y va a empezar el ciclo educativo superior, los responsables de este ciclo deben decir cual debe ser la formación del estudiante para acceder a esa siguiente etapa (esto es especialmente importante en el paso del bachillerato a la universidad; los estudiantes deben tener los suficientes conocimientos para emprender la carrera universitaria elegida). Se debe promover la Formación Profesional y los estudiantes deben tener los suficientes conocimientos para entrar en el mundo laboral. Se debe dar más valor al aprender y a la formación (práctica en muchos casos) que al aprobar. Los exámenes estatales tipo PAU hacen que los profesores y estudiantes se preocupen más por sacar una nota alta que por aprender. Se debe fomentar el espíritu de trabajo y esfuerzo, premiándolo adecuadamente.
2) Un número suficiente de becas en todas las etapas. Las becas deben ser para ayudar a las familias sin recursos económicos, premiar a los mejores estudiantes y promover la movilidad (que debe ser mayor de la que existe actualmente en España).
3) Reconocimiento social y salario adecuados para el profesorado de todas las etapas, especialmente los preuniversitarios. Se premiará la especial dedicación del profesor; es necesario tener profesores motivados y motivadores.
4) La formación del profesorado preuniversitario debe ser más especializado que en la actualidad; en las que la formación científica (especialmente en infantil y primaria) es muy deficiente.
5) Desde preescolar, los estudiantes deben una muy buena formación en matemáticas, lengua castellana e inglés.
6) Las asignaturas de ciencias deben realizar muchas prácticas de laboratorio.
7) Desde comienzo de la educación secundaria, los estudiantes deben aprender un segundo idioma y cultura del estado español en las comunidades sin idioma propio; en las que tengan idioma propio, deben elegir un tercer idioma (aparte del de su comunidad y el castellano). La enseñanza castellano debe ser preferente en todo el estado español.
8) Se debe promover la movilidad regional de los estudiantes universitarios, con un sistema de becas adecuados.
9) Se debe racionalizar las ofertas de titulaciones universitarios totales en España y las ofertadas por cada universidad.
10) Todo estudiante que acabe el grado con una nota adecuada (a fijar según la titulación y la universidad) automáticamente tendrá beca de matrícula de máster (si desea hacerlo).
11) Todo estudiante que acabe el grado más el máster con una nota adecuada (a fijar según la titulación y la universidad) automáticamente tendrá beca/contrato para realizar la tesis doctoral (si desea hacerla).
12) Se debe volver a recuperar la dignidad de los términos “beca” y “becario/a”, como una etapa de educación académica, y sólo se debe aplicar en este ámbito.
13) Se debe hacer un Pacto de Estado por la Ciencia y la Innovación, que suponga el compromiso de una financiación adecuada y continuada con aumentos anuales por encima del IPC; pero no inyectar de golpe mucho dinero al sistema de I+D+i, pues se llega a despilfarrar.
14) Dotar adecuadamente a las universidades y centros de investigación de financiación para proyectos, equipamiento y personal en formación (ver propuesta # 11). El gran equipamiento debe estar centralizado para uso por diversos grupos e instituciones.
15) Racionalizar la estructura y tamaño del CSIC, de las universidades (faceta investigadora) y otros OPIs; que puede implicar la prejubilación de científicos y profesores universitarios.
16) Simplificar los procedimientos administrativos relacionados con las tareas científicas.
17) Eliminar el funcionariado en la ciencia, se debe cambiar por contratos indefinidos.
18) Facilitar la movilidad de investigadores y profesores universitarios.
19) Los OPIs y universidades designarán comités de contratación de personal científico. Si el personal elegido no cumple las expectativas, los miembros del comité de selección deben asumir responsabilidades.
20) Plan de contratación de investigadores jóvenes con experiencia postdoctoral, a los que se ofrece la posibilidad de investigar de manera independiente en una situación adecuada (financiación, personal en formación o de apoyo a su cargo). Esta etapa se puede considerar similar al tenure norteamericano o la habilitación alemana/suiza. Tras la finalización del contrato (4-6 años), el investigador deberá optar a una plaza (contrato) en otro centro distinto del que ha hecho la habilitación.
21) Eliminar la endogamia. No se debe permitir hacer la tesis en el mismo centro en el que se ha hecho el grado/máster; el postdoc en el mismo sitio en el que se ha hecho la tesis; la habilitación en el sitio del postdoc, etc.
22) Plan para promover la investigación e innovación (real) en las empresas. Se financiarán adecuadamente ciertos proyectos, pero se pedirán resultados, especialmente el cambio que la empresa ha sufrido tras recibir la subvención. Estos cambios deben suponer que, tras el proyecto financiado por el Estado, la empresa ha aumentado el dinero dedicado a I+D+i, incluyendo un aumento del personal dedicado a estas labores.
23) Plan para la contratación de doctores y tecnólogos por parte de las empresas.
24) Facilitar la creación de empresas de base tecnológica, especialmente que surjan de la universidad y de los OPIs.
Bernardo Herradón Gacía CSICConferencia en las Jornadas de Difusión y Comunicación de la Ciencia (cic-La Cartuja, 13 de marzo de 2012). Una copia se puede descargar aquí.
ENVIADO POR LA PLATAFORMA INVESTIGACIÓN DIGNA ([email protected])
CARTA ABIERTA POR LA CIENCIA EN ESPAÑA
(Por favor, considere distribuir esta carta en su centro o departamento)
Estimados investigadores,
El sistema de investigación en España se encuentra en una encrucijada crítica. La decisión de recortar una vez más la inversión en I+D podría provocar el colapso de los centros de investigación y afectaría muy negativamente a la investigación universitaria, provocando una fuga multigeneracional de investigadores de la que el país tardaría décadas en recuperarse.
Les invitamos a adherirse a la Carta Abierta en favor de la Ciencia en España. Para hacerlo:
– puede firmar en http://www.investigaciondigna.es/wordpress/firma
– o bien enviando un mensaje con su nombre, cargo e institución a [email protected]
Esta Carta Abierta es un documento consensuado por la Confederación de Sociedades Científicas de España, CCOO (I+D+i), la Federación de Jóvenes Investigadores y la plataforma Investigación Digna. Será entregada, junto con los nombres de los firmantes, al Presidente del Gobierno Español y a los miembros del Congreso y el Senado.
Por favor, ayúdenos a distribuir esta carta entre sus colegas dentro y fuera de España. Más abajo les enviamos este mismo mensaje en inglés para facilitar su difusión internacional.
La carta se puede descargar aquí.
RESUMEN DE LA CARTA ABIERTA
En las próximas semanas, y a pesar de la recomendación de la Comisión Europea de que los recortes para controlar el déficit público no afecten la inversión en I+D+i, el Gobierno y las Cortes Generales de España podrían aprobar unos Presupuestos Generales del Estado que dañarían a corto y largo plazo al ya muy debilitado sistema de investigación español y contribuirían a su colapso. Esto implicaría el mantenimiento de un modelo económico obsoleto que ya no es competitivo y que es especialmente vulnerable a todo tipo de contingencias económicas y políticas. Ante esta situación, solicitamos a los responsables políticos:
– Que no se lleve a cabo una nueva reducción de la inversión en I+D+i. En los últimos años, la financiación en I+D+i (capítulo 46 de los Presupuestos Generales del Estado) se ha visto recortada en un 4,2% en el 2010, un 7,38% en el 2011 y se baraja una reducción de un 8,65% en el 2012 (donde los porcentajes se refieren al recorte con respecto al año anterior). De ratificarse el recorte barajado para el 2012, en los últimos años los Organismos Públicos de Investigación habrán sufrido una reducción acumulada del 30% de la dotación procedente de estos presupuestos. La financiación en I+D+i en el 2010 fue un 1,39% del PIB, sin embargo se estima que para el 2011 será de menos del un 1,35%. A medio plazo es crítico alcanzar la media de la UE-27 del 2,3% y converger hacia el objetivo del 3% del Consejo Europeo.
– Que se incluya la I+D entre los «sectores prioritarios» permitiendo una Oferta de Empleo Público y posibilidades de contratación en organismos públicos de investigación, universidades y centros tecnológicos. Esto evitaría una fuga de científicos y personal investigador de la que el país tardaría décadas en recuperarse.
Puede adherirse a la Carta Abierta aquí http://www.investigaciondigna.es/wordpress/firma o enviando un mensaje con su nombre, cargo e institución a [email protected]
Bernardo Herradón García CSIC [email protected]
600 millones de recortes en el presupuesto de Investigación + Desarrollo + innovación (I+D+i).
Esto está creando una profunda preocupación en la comunidad científica y en los dirigentes de los principales Organismos Públicos de Investigación (OPIs). A continuación se muestra una imagen con un artículo publicado en EL PAÍS (se puede agrandar pulsando la imagen). El artículo también se puede descargar aquí.
Aún no sabemos que cantidad del total del presupuesto (alrededor de ocho mil millones de euros, entre subvenciones y préstamos) irá a cada una de las partidas; pero mucho me temo que una parte sustancial del presupuesto irá a la letra «i» minúscula, es decir, para promover la investigación en empresas. Esto ya se hizo en las últimas etapas de la época ministerial de la Dra. Garmendia.
La medida de promover y potenciar la actividad investigadora en las empresas no es mala idea, siempre que las empresas realmente hagan investigación y que contraten personal. Aparentemente el objetivo de estas medidas es hacer que las empresas se implique en la I+D+i de este país y que se solvente el desequilibrio público-privado que existe en España; que es un caso único en los países desarrollados donde la mayor parte de la investigación es realizada en organismos públicos. La consecuencia principal de esta política de favorecer la I+D+i en las empresas sería que un porcentaje significativo de los doctores y tecnólogos españoles trabajarían en el sector privado. Desde hace ya bastantes años, las autoridades científicas españolas (sin importar el ministerio al que hayan pertenecido) han realizado una política de favorecer la I+D+i en empresas y deberíamos haber visto resultados.
¿Los hemos visto? La sensación de los investigadores de los OPIs es que no. La mayoria de la investigación española se sigue haciendo en el sector público. No hay un mercado laboral para doctores y tecnólogos en el sector privado. Los organismos públicos de investigación (especialmente el CSIC, pero también universidaddes como la UPC y la UPV ) siguen siendo las principales entidades en generación de patentes; lo que, siendo mérito de estos organismos, más bien es un demérito de las empresas españolas. Aunque los OPIs patentan mucho (relativamente), pocas patentes son transferidas al sector productivo, porque las empresas y empresarios españoles no invierten en ciencia.
En algún programa de A Hombros de Gigantes (de RNE-5) (creo que el 4 de marzo de 2011) mencionaba que los países poderosos son los que invierten en ciencia y no en ejércitos, como lo prueban los casos de Japón y Alemania; Estados Unidos comenzó su predominio mundial cuando empezó a atraer talento emigrante de Europa durante y después de la II Guerra Mundial. Esta idea justifica el título de este artículo, la investigación no es un lujo que se pueden permitir los países ricos, sino que estos alcanzan este estatus porque han investigado.
Hace alguna semanas me entrevistaron para EL CULTURAL. El titular elegido en la entrevista fue «Hacen falta políticos valientes que apuesten por la ciencia«. En este artículo se recogen algunas de mis ideas de por donde debe ir la política científica para que España sea un país moderno y próspero, fundamentado en el conocimiento. La entrevista se puede descargar aquí. A continuación reproduzco algunas preguntas y respuestas de la entrevista.
P.- ¿Qué piensa de los recortes en ciencia en estos momentos?
R.- En pocas palabras, son un desastre. Especialmente, porque se van a romper las ilusiones de muchos investigadores jóvenes sobre los que deberíaa sustentarse el futuro del país.
P.- ¿Es la ciencia y la tecnología la respuesta a las grandes crisis?
R.- Sin duda. En todas las grandes crisis, todas las naciones que han confiado en la ciencia y la tecnología han salido reforzadas. Hay que hacer inversión científica pues de ahí saldrán los avances que permitirán crear empresas con las que cambiar la economía. En el mercado global tenemos que competir con otras propuestas, con productos de muy alto valor añadido. Esto solo puede salir del avance científico y tecnológico. Soy muy pesimista y creo que España nunca va a estar en primera división en el impacto científico. Tampoco en una economía basada en la ciencia y la tecnología.
P.- ¿Hacia dónde debería caminar España científicamente hablando?
R.- Hay que ser realista. Se acaban de publicar los datos de la producción científica y el impacto de la ciencia por países. Se confirma que España es la novena productora de artículos científicos, pero nuestra posición en impacto es muy pobre, ocupamos el trigésimocuarto puesto. Esta es una medida de la calidad de la ciencia. Pero aún hay otro dato que es peor. España no transfiere conocimiento al sector productivo. Este es un mal endémico de la sociedad española y no es tanto culpa de los científicos y tecnólogos españoles como del poco riesgo asumido por los inversores españoles. Esta situación tiene otra consecuencia, la inmensa mayoría de los científicos españoles trabajan en el sector público porque no hay sector privado que los acoja. La situación es insostenible. Los frutos de la ciencia no se recogen de un día para otro. Faltan políticos valientes que apuesten por el futuro.
P.- ¿Qué fórmula aplicaría para resolver el problema de la financiación científica?
R.- La inversión en ciencia en España es un porcentaje muy pequeño del PIB y una cantidad ínfima de lo que suponen los rescates financieros. Por lo tanto, mantener la inversión de los años anteriores a la crisis no nos va a llevar a la ruina. Incluso si se invierte más, tampoco vamos a estar más arruinados. Con esto estoy pidiendo más financiación. Lo que nunca se debe disminuir es la necesaria para apoyar la investigación de los jóvenes, desde los estudiantes de doctorado hasta los jóvenes doctores, a los que hay que apoyar para que empiecen a hacer investigaciones independientes a los 30 y no a los 40 años, como ocurre actualmente.
Como conclusión; cambiemos el modelo; confiemos en la ciencia; hagamos más competitiva la carrera científica; eliminemos la endogamia (es más, debería estar prohibido tener una plaza en la institución en la que hayamos hecho la tesis o el postdoc); favorezcamos la movilidad; quitemos el funcionariado (lo dice un funcionario); oportunidades para los jóvenes, no valorándoles por lo que han hecho, sino por lo que harán; pensar que la ciencia tiene muchas facetas: formar, obtener financiación, transferir conocimiento a la sociedad (en forma de patentes y cultura científica) y no sólo publicar (lo que frecuentemenete sólo se valora en los concursos endogámicos de la universidad y OPIs españoles); en definitiva, copiemos los modelos que funcionan bien en el mundo (USA y Alemania especialmente).
Este es el título de un excelente artículo escrito por la Dra. Amaya Moro-Martín, contratada Ramón y Cajal en el Centro de Astrobiología (INTA-CSIC), exponiendo las razones por las que la ciencia española no debe gestionarse en un Ministerio de Industria y algunas sugerencias para mejorar la calidad de la ciencia en España. El artículo se puede descargar aquí.
Las ideas que se recogen en el artículo de la Dra. Moro-Martín se deben difundir a través de las redes sociales e INTERNET. Nos estamos jugando el futuro de la ciencia española (que tiene que estar en manos de los más jóvenes, entre los que no me incluyo; pero a los que apoyo con toda mi energía). Los últimos años han sido muy malos y los próximos pueden ser la «puntilla».
Algunos párrafos del artículo son (en azúl) y mis comentarios son los siguientes:
Se oyen rumores de un futuro Ministerio de Industria, Comercio, Turismo y Ciencia. Si el Gobierno entrante está considerando esta opción, queda en evidencia que tienen una interpretación errónea de cómo la investigación científica puede ayudar a cambiar el modelo productivo, ya que se están sobresimplificando los mecanismos de transferencia del conocimiento. El motor principal de la ciencia nunca ha sido la creación de patentes a corto plazo que beneficien al sector privado. Naturalmente éste es un aspecto importante, pero no es el objetivo inmediato. Aunque sea políticamente incorrecto recordar esto en época de crisis económica, paradójicamente es cuando más importante resulta hacerlo porque la marginación de la investigación básica debida a una visión cortoplacista sin duda significaría dar muchos pasos atrás en el largo camino del desarrollo científico. Sin investigación básica, no se hubieran producido la mayoría de los descubrimientos científicos que han revolucionado la historia de la humanidad.
Esto no es nuevo para los científicos. Ya lo dijo Pasteur: «No hay ciencia básica y aplicada, hay ciencia y las aplicacion es de la ciencia«. Hace unas semanas, en El Cultural de El Mundo, se publicaba una entrevista que me hicieron, de la que destaco lo siguiente: «En todas las grandes crisis, todas las naciones que han confiado en la ciencia y la tecnología han salido reforzadas» y «Hacen falta políticos valientes que apuesten por la ciencia«.
Las Dra Moro-Martín continúa el artículo:
Antes de incluir ciencia en un macro-ministerio donde quede relegada a una actividad secundaria susceptible de una absorción vertical, hagan un ejercicio de reflexión y vean desde dónde se gestiona la investigación científica en los países que están por encima de España en la mayoría de los rankings científicos. Excepto en EE UU, donde ciencia depende de varios departamentos de estado y agencias independientes (los Departamentos de Agricultura y Energía, la Agencia de Protección Ambiental, NASA, NSF, NOAO, etcétera), en el resto de éstos países nos encontramos con la siguiente situación: Japón (Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología); Alemania (Ministerio de Educación e Investigación); Inglaterra (Ministerio de Universidades Estatales e Investigación); Francia (Ministerio de Educación Superior y Ciencia); Holanda (Ministerio de Educación, Cultura y Ciencia); Suecia (Ministerio de Educación e Investigación). ¿Ven cuál es el factor común?
No hay que romperse mucho la cabeza. Sólo hay que hacer lo que hacen los países más avanzados a los que tenemos que imitar. El párrafo siguiente va en esa misma línea: seguir el ejemplo de los países más avanzados.
Pero la sinergia también ha de potenciarse en el día a día de los departamentos y en cierta medida es responsabilidad de toda la comunidad científica. No sólo hay barreras burocráticas sino también culturales que impiden que las universidades se nutran de investigadores que no se han formado en su seno, y estas barreras son en parte responsables de que ninguna universidad española esté entre las 100 mejores del mundo (y haya sólo una o dos entre las 200 primeras). La barrera cultural funciona en los dos sentidos. Piensen qué mensaje se les manda a los estudiantes con los mejores expedientes: que se queden a hacer el doctorado en su misma universidad donde, si todo va bien, quizá se puedan estabilizar (tras una estancia obligatoria en el extranjero de uno o dos años – como si de un Erasmus se tratara). Esto es diametralmente opuesto a lo que se hace en EE UU: allí, a los estudiantes que quieren hacer el doctorado (y muy particularmente a los que tienen expedientes brillantes) se les anima a irse lejos, muy lejos, para que se formen en las mejores universidades o centros de investigación.
Son poco frecuentes las ocasiones en que el doctorado se hace en la misma institución que la licenciatura, o el postdoctorado en la misma institución que el doctorado. El inmovilismo se percibe como signo de mediocridad. Los mejores departamentos de EE UU basan parte de su éxito científico en el flujo constante de investigadores de calidad que pasan por ellos, y este flujo es precisamente uno de los principales atractivos de estos departamentos (a ojos de los propios investigadores). Aceptando que hay diferencias culturales significativas con el mundo anglosajón, hay aspectos saludables que se deberían adoptar: no sólo enriquecerían al sistema de investigación en España, sino que es la única forma de que gane competitividad a nivel internacional.
Si queremos tener universidades y centros de investigación relevantes a nivel mundial debemos imitar a los países más avanzados. La endogamia es uno de los mayores males de la ciencia y la universidad española y debemos imitar especialmente el ejmplo de Estados Unidos. Recomiendo escuchar la entrevista que Manuel Seara Valero le hizo al Profesor Francisco Ayala hace unas semanas en «A Hombros de Gigantes». Podéis descargar el podcast o escucra el programa en el siguiente enlace (programa del 21 de octubre de 2011).
Bernardo Herradón García CSIC [email protected]
Pablo Artal (profesor en la Universidad de Murcia) ha publicado en el diario EL PAÍS un análisis de la situación de la universidad española y su producción científca-tecnológica, haciendo propuestas para mejorar su situación.
Ninguna universidad española está entre las 200 del mundo y la mayoría están entre las posiciones 400 y 600. Esta situación es contraditoria con la publicitada novena posición española como país productor de ciencia. Hay que recordar que este último dato se refiere al número de publicaciones; mientras que el ranking de universidades tiene en cuenta otros factores, como el de la calidad y el impacto de nuestra producción científica; que, al menos en mi opinión (ya expresada ene este blog y en programas de radio, como A Hombros de Gigantes) es el principal déficit de la ciencia española.
En este contexto, el Profesor Artal escribe:
Pero lo importante de estos datos es simplemente constatar que si estamos tan mal colocados en los ranking es por que producimos una densidad de ciencia muy baja y con un impacto pequeño. Mi impresión personal es que una parte de las plantillas universitarias en España son productivas, y de hecho una pequeña parte incluso muy productiva, de manera comparable a colegas en universidades de primera, pero desgraciadamente una mayoría de personal improductivo hunde a nuestras universidades inexorablemente en los ranking.
El profesor Artal también propone soluciones, la más llamativa:
Empezaría haciendo lo contrario de lo que parece que se pretende con las agregaciones de universidades del programa Campus de Excelencia. Por cierto, una extraña denominación si se miran las clasificaciones. Segregaría las secciones y facultades más productivas, que son fácilmente identificables creando universidades más pequeñas, que empezarían a escalar puestos en los ranking, primero automáticamente por los factores de normalización y después por meros procesos evolutivos. Claro, no sólo bastará el troceado, deberían también dotarse de una gestión profesional, contar con escalas retributivas del personal abiertas y competitivas que premiasen el trabajo hecho y que se revisasen periódicamente al alza o la baja, con contrataciones libres de quien pueda empujar hacia arriba la universidad, etc…. En definitiva, deberían constituir un ecosistema académico en el que a cada miembro de la universidad le resulte muy importante que su institución sea lo mejor posible.
El artículo es de gran interés para los universitarios, los científicos y los ciudadanos preocupados por el futuro de nuestro país, que dependerá de la actividad científica y la universidad será clave en este proceso.
Bernardo Herradón-G.
CSIC
Una de las deficiencias del sistema científico español es la escasez de patentes. La ciencia española tiene una característica peculiar que la diferencia de los países de nuestro entorno: La entidad que más patenta es pública, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); lo que está muy bien para el CSIC, pero es indicativo de la escasa capacidad innovadora de las empresas españolas. Si queremos que la economía española se sustente sobre la ciencia y la tecnología, tenemos que tomarnos muy seriamente la generación de patentes por las empresas y la facilitación de la transferencia de tecnología desde los organismos públicos (el CSIC, las universidades y otros OPIs). Muchas de las patentes de los organismos públicos sólo sirven para que el científico-inventor tenga una línea más en su curriculum; pero esto es de poca utilidad si no se transfieren estas patentes al sector productivo. Para conseguir esto, es necesario que las oficinas de transferencia de tecnología de los organismos públicos de investigación y de las universidades oferten las patentes a las empresas y que estas se interesen por los resultados obtenidos en los centros públicos.
En los últimos tiempos, las autoridades científicas españolas han destacado que España ocupa el 9º puesto mundial. Este tema ya ha sido comentado en este blog y en el programa A hombros de Gigantes del día 7 de enero de 2011. Aunque podamos ser el 9º país del mundo en el número de publicaciones; los científicos sabemos que, cualitativamente, España ocupa una posición más baja en el concierto internacional. Nuestra ciencia no es tan influyente como esta 9ª posición podría indicar.
Algunas de las razones de nuestra baja influencia internacional son:
1) Tenemos un problema estructural serio, marcado por una falta de normativas adecuadas que faciliten la labor científica, una financiación a veces escasa, y poca seguridad a largo plazo. La ciencia no es algo que realmente interese a los políticos españoles y, a la mínima dificultad presupuestaria, sufrimos las consecuencias. Es necesario un compromiso por la ciencia.
2) Esta situación provoca una falta de perspectiva para los jóvenes científicos. Este asunto se ha debatido en numerosos foros. La situación actual va a tener una inluencia nefasta para los jóvenes, se van a frustar muchas carreras científicas y se va a desanimar a los jóvenes (los que ahora están en bachillerato) a hacer una carrerar científica. España necesita decenas de miles de científicos y tecnologos que proporcionen una masa crítica adecuada para un país de nuestro potencial económico. Por supuesto, todos estos científicos y tecnólogos no podrán trabajar en instituciones públicas, sino que tienen que ser contratado por empresas que apuesten por la ciencia, la tecnología y la innovación. Este tema se discutió en el programa A Hombros de Gigantes del día 4 de marzo de 2011.
3) Carecemos de suficiente masa crítica de científicos, lo que, a su vez, se traduce en escasez de científicos (que trabajen en España) realmente relevantes a nivel mundial; los que podríamos considerar con categoría de Premio Nobel. De una cantidad suficiente de científicos de calidad media-alta (la calidad actual de la ciencia española), surgen los científicos excepcionales. La ciencia moderna requiere equipos potentes y bien dotados económicamente, siendo impensable que pudiera surgir (como por ‘generación espontánea’) una personalidad científica excepcional e individual (como lo fue Ramón y Cajal).
4) Falta transferir conocimiento a la sociedad. A través de dos caminos independientes:
a) Contribuyendo a aumentar la cultura científica de la ciudadanía. Una labor, generalmente, poco apreciada por los científicos pues no es valorada adecuadamente por los agentes evaluadores.
b) Transfiriendo tecnología al sector productivo. Es fundamental que se aumente considerablemente el número de patentes en la ciencia española, si queremos que sea la base de la futura economía de nuestro país. Para ello debemos tener empresas que apuesten por la ciencia, la tecnología y la innovación. Las empresas tienen que ser el motor de este desarrollo. La escasez de patentes en España se pone de manifiesto en dos datos. El CSIC es el máximo patentador de España (ya comentado) y una empresa alemana (Siemens) presenta más solicitudes PCTs que toda España.
La importancia de las patentes, la transferencia de tecnología y algunos consejos prácticos fueron presentados en pasado 25 de marzo por la Dra. Cueto (UNGRíA Patentes y Marcas) en el programa A Hombros de Gigantes. Una copia PDF de una charla muy interesante sobre patentes la podéis descargar en la siguiente página web.
Bernardo Herradón
IQOG-CSIC
En el programa de ayer de A Hombros de Gigantes (RNE-5) se habló, entre otros temas, de efemérides químicas y se debatió sobre el presente y futuro de la ciencia española. El programa lo podéis descargar aquí.
José Antonio López Guerrero (JAL) ha dedicado uno de los quesitos de su programa Entre Probetas (RNE-5) a la Química. Muchas gracias por acordarte de nosotros. Podéis escucharlo aquí.
Bernardo Herradón
IQOG-CSIC
En la edición de Chemical Engineering News de hoy se analiza el presupuesto que Obama ha presentado al congreso para el año 2012.
Propone un aumento considerable para esta época (6’5% de incremento) de la financiación pública para ciencia (dejando a un lado la financiación para I+D militar, que desciende un 6’4%). De esta manera, lo que ahorra en defensa, lo usa para fines civiles.
Un resumen del presupuesto de cada agencia o ministerio (departamento) federal se indica a continuación:
1) Fundación Nacional para la Ciencia (NSF): aumento del 13’0% respecto a 2011. Aproximadamente 7.770 millones de dólares de presupuesto para 2012.
2) Institutos Nacionales de la Salud (NIH): aumento del 3’4%. Aproximadamente 31.990 millones $.
3) Departamento de Seguridad Nacional (DHS): aumento del 16’9%. Aproximadamente 1.180 millones $.
4) Energía: aumento del 10’4%. Aproximadamente 11.940 millones $. Con apoyo especial a las energías renovables (aproximadamente 1.990 millones $, lo que supone el 24’1% de aumento).
5) Instituto Nacional de Estandars y Tecnología (NIST): Aumento del 28’5%. Aproximadamente 1.100 millones $.
6) Agencia Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA): Aumento del 15’8%. Aproximadamente 5.500 millones $.
7) NASA: Mantiene el presupuesto. Aproximadamente 18.700 millones $.
8 ) Departamento de agricultura: Disminución del 7’6%. Aproximadamente 2.770 millones $.
9) Agencia de protección medioambiental (EPA): Disminución del 2’4%. Aproximadamente 826 millones $.
10) Defensa: Disminución del 6’4%. Aproximadamente 75720 millones $. La partida de investigación aplicada mantiene el presupuesto (4.690 millones $).
También hay que destacar el presupuesto de 100 millones de dólares para formar a 100.000 maestros de educación secundaria.
La propuesta de Obama sigue la máxima ‘en tiempos de crisis, invertir en futuro (ciencia y educación)‘. Cuando la crisis económica acabe, la brecha entre Estados Unidos y países con recortes presupuestarios en ciencia (¿os suena algún país?) será mayor.
Mientras, la Ministra de Ciencia e Innovación no es consciente de la protesta de 2500 científicos españoles (principalmente jóvenes) y hace un análisis peculiar de la situación española (recorte de presupuesto, asfixia de los OPIs, especialmente el CSIC, pobres perspectivas para los jóvenes, sistemas endogámicos, la Ley de la Ciencia que parece más complicada de sacar adelante que la constitución, falta de agilidad administrativa, etc.).
Más información detallada sobre la propuesta de Obama de presupuesto para 2012.
Bernardo Herradón
IQOG-CSIC
Thomson Reuters ha publicado el análisis de los índices de impacto relativos de los artículos publicados en ciencia y ciencias sociales en el periodo 2005-2009. Los datos se desglosan por países. En la tabla se indican los datos de España en las 21 categorías analizadas. Las tres áreas en las que más destacamos son física, ciencias agrícolas y química.
Esta ha sido la tendencia desde hace muchos años. España tiene una posición mucho más relevante en física y química (y tradicionalmente en matemáticas, auque en este quinquenio haya bajado un poco) que en las ciencias biomédicas. Sin embargo, las noticias de prensa y los comentarios de nuestras autoridades científicas (ratificadas con ingentes cantidades de dinero) parecen indicar que en biomedicina somos líderes mundiales.
En ciencia, los datos no engañan. espero que las autoridades científicas de este país tomen buena nota.
Bernardo Herradón
IQOG-CSIC
Hace algún tiempo que no escribo sobre política científica. Ha sido deliberado porque no quiero aburrir con estos temas (con quejas sobre financiación, futuro para los jóvenes investigadores, condiciones de trabajo, etc) y quiero centrarme en aspectos más relacionados con el progreso de la ciencia y de la química y en actividades de la cultura científica.
Sin embargo, retomo brevemente este tema para llamar la atención sobre un hecho que me parece relevante y que apenas ha tenido eco en los medios de comunicación y en los círculos científicos españoles.
El consejo de ministro del pasado 29 de octubre decidió la destitución del profesor José Manuel Fernández de Labastida como Director General de Investigación y Gestión del Plan Nacional de I+D+i y su sustitución por la profesora Montserrat Torné, a la que deseo mucha suerte en esta importante tarea de gestión científica.
Quiero reconocer la excelente labor que ha realizado el Profesor Fernández de Labastida tanto en el MICINN como en el CSIC. En el MICINN fue el responsable de poner en marcha el proyecto de la nueva ley de la ciencia y estoy seguro que los retrasos y decepciones que ésta ha causado no son atribuibles a él, sino más bien a las circunstancias políticas. En el CSIC, como Vicepresidente de Investigación Científica y Técnica, contribuyó de manera significativa a la modernización del organismo, que se tendría que haber completado con la total ejecución de su estatuto como Agencia Estatal y el Plan de Actuación 2010-2103.
El Plan Nacional de Investigación es el principal instrumento para ejecutar la política científica estatal. Es la principal fuente de financiación que tenemos los investigadores españoles. Su estructura, definición y presupuesto es fundamental para que la ciencia española pueda progresar adecuadamente. Por lo tanto, el cambio del responsable de esta tarea puede tener consecuencias para la ciencia española.
No se han explicado suficientemente las razones de cambio y lo único que cabe especular sobre las razones. Quiero recomendar un reciente artículo escrito por el Profesor Javier López Facal (del CSIC) en el diario EL PAíS.
Comentando la sustitución de Fernández de Labastida, López Facal hace un análisis acertado de la ciencia española a través de la importancia que tiene cada componente del trinomio I+D+i en la política del MICINN. Recomiendo su lectura (lo podéis descargar aquí). Algunas frases de este artículo se indican a continuación:
Aunque suenen parecidas, las políticas de I+D y las de innovación son tan diferentes que casi resultan ortogónicas: las primeras son políticas públicas de larga tradición y de protocolos bien establecidos, que los estados vienen desarrollando desde hace por lo menos unos 60 años; disponen de unos manuales de uso, utilizan unos indicadores de medición universalmente aceptados, emplean herramientas bien experimentadas y se dirigen a colectivos profesionales homogéneos, frecuentemente pertenecientes al sector público. Su finalidad es, simplemente, la de generar nuevos conocimientos. Las segundas, es decir, las políticas de innovación, son mucho más recientes; se dirigen a unos colectivos mucho más amplios, menos profesionalizados y más difusos, mayoritariamente del sector empresarial, y no disponen de un aparato tan elaborado de indicadores, de toma de estadísticas, de manuales, de publicaciones o de interlocutores representativos. Su finalidad es introducir productos más competitivos en el mercado.
(El MICINN) en sus tres años escasos de vida no ha dejado de realizar traslados de sede, cambios de altos cargos y toboganes presupuestarios de esos de arrancada de caballo y parada de burro; o sea, lo contrario de una política racional, sensata y progresiva.
(El MICINN ha) mantenido de manera coherente sólo una línea política: la gradual fagocitación que la i (de innovación) ha ido haciendo de la I (de investigación) y la D (de desarrollo).
Por cierto, el artículo se titula ¡Socorro!. Un título suficientemente explicativo.
Bernardo Herradón
IQOG-CSIC
Mauricio-José Schwarz ha publicado un interesantísimo artículo en el blog «El retorno de los charlatanes» que se ha reproducido en el blog «amazing.es«. El artículo es una reflexión de la situación de la Ciencia y del maltrato que recibe por parte de los políticos (un asunto ya tratado en este blog). El artículo contiene numerosos ejemplos de Cultura Científica que tendría que convencer al más escéptico (incluso sí es político) de la utilidad de la Ciencia y los beneficios (no apreciados) que obtenemos de ella.
Recomiendo la lectura del artículo completo, y reflexionar sobre lo escrito. Si el Sr. Schwarz lo cree conveniente, el artículo podría crircular entre la ciudadanía para recabar firmas y enviar al Congreso de los Diputados.
Extraigo algunos párrafos de este artículo:
«…… los sistemas automatizados que se empezaron a usar para obtener tejidos complejos son ancestros de los que se utilizan para programar su teléfono móvil o celular, su ordenador o computadora, y el ordenador o computadora que se usa para controlar sus vuelos en avión y garantizarle todos y cada uno de los despegues, recorridos y aterrizajes de los que ha disfrutado en su vida. Todos estos dispositivos están construidos sobre principios científicos de nombres como cibernética, robótica, microelectrónica, mecánica de fluidos, aerodinámica, etc. Cuando esos principios se ponen en práctica mediante la ingeniería, hablamos de tecnología. Sin ciencia no hay tecnología… ni sus beneficios«.
«Todo eso es ciencia, pero con palabras cotidianas: cama, camisa, huevos con tocino, leche, avión, viaje. La ciencia es un sistema probado para obtener conocimientos fiables, un sistema al alcance de todos. Bástele saber eso: funciona, es fiable, no es secreta, conviene«.
«Todo lo que usted tiene, vive y disfruta, es resultado de la ciencia……..Su automóvil. La gasolina que lo mueve. Sus teléfonos. Sus gafas (hijas de los estudios de óptica de Newton). La celdilla fotoeléctrica que impide que el ascensor o elevador se le cierre en las narices (gracias a un principio descubierto por Einstein). El ascensor. La luz del ascensor. Radio y televisión. Bolígrafos e instrumentos de acero. Papel y gomina para el pelo. Latas de anchoas y el láser de su lector de DVD o el que se usó para alinear el túnel del metro (ese láser que decían que no servía para nada). Su reloj y su GPS. La cinta adhesiva y los caramelos para el aliento. La cámara de fotos o de vídeo con que inmortaliza a su familia. Todo, todo es resultado de la ciencia y nada de la pseudociencia, la superstición o la falta de recursos para avanzar. Todo se ha logrado gracias a que algunos seres humanos especialmente curiosos se dedican a averiguar cómo funcionan las cosas, qué leyes las rigen y cómo podemos usarlas y mejorarlas en nuestro beneficio«.
«No lo sabemos todo. Ni mucho menos. Sabemos muchas, muchísimas cosas, más cada día… pero son muy poco comparadas con todo lo que nos queda por saber. La ciencia tiene esa peculiar característica: cuando responde una pregunta provoca muchas otras«.
«Para vivir mejor, para que sus conciudadanos vivan mejor, qué caramba, para que usted y sus hijos y sus nietos vivan mejor, más tiempo, con menos incomodidad, más felices y tranquilos, la ciencia debe seguir desarrollándose, aprendiendo, planteándose preguntas difíciles. Esto necesita no sólo investigación, sino recursos y voluntad para formar científicos, para que más jóvenes estudien carreras científicas en mejores condiciones, con mejores profesores y laboratorios, para que los medios informen de modo correcto sobre qué es la ciencia, y para que florezcan disciplinas con nombres que nos pueden sonar raros pero que significan camas, ropa, jabón, teléfonos, caderas, desayunos y películas 3D en DVD«.
«Los escasos recursos del estado (y no importa si su país es pequeño y pobre o grande y económicamente poderoso, los recursos del estado siempre son escasos) que se desvíen de la ciencia hacia otras actividades más cercanas a la magia acaban redundando en perjuicio de todos, especialmente de usted mismo y de su cómoda supervivencia futura«.
«La ciencia es fundamental y promover su desarrollo, su conocimiento, su presencia y su reconocimiento, es tema de la más elemental justicia«.
«Hágase justicia, pues, señor político. La ciencia es fundamental y hacerla crecer entre toda la sociedad es benéfico, redituable y de gran importancia para tener una existencia mejor. Sí, para todos nosotros, para sus electores, súbditos, ciudadanos, vasallos o compatriotas, sí. Pero sobre todo para usted. La próxima vez que tenga que tomar decisiones sobre ciencia, piense en su lecho, su ropa, sus vuelos, su teléfono, su ascensor, sus gafas, sus hijos vivos y sanos«.
Bernardo Herradón
IQOG-CSIC
La Ministra de Ciencia e Innovación ha anunciado hoy el Programa de Investigación «Severo Ochoa» que otorgará la «acreditación de excelencia» por 5 años (renovables) a unidades de investigación. Este reconocimiento lleva añadido financiación extra (5 millones de euros por los 5 años, que se pueden usar para contratar científicos de talento), incentivos que faciliten el trabajo a los investigadores, preferencia en el uso de instalaciones científicas singulares y facilidad de acceso a otras convocatorias competitivas (por ejempo, la contratación de científicos y tecnólogos). Aunque no se han avanzado demasiados detalles, sólo una nota de prensa resumen de un desayuno informativo, la medida parece atractiva.
Aunque en este blog he dado mi opinión sobre la «excelencia» científica a nivel individual o grupo (escasa en España, aunque lo que sí tenemos es una clase científica de nivel medio-alto, que hay que potenciar); pienso que una medida de este estilo, dónde se potencia el centro de investigación, puede ser beneficiosa, pues el trabajo sinérgico de varios buenos investigadores pueden crear algo mejor. Esta medida también podría servir para racionalizar el sistema científico español, quizás demasiado disperso en tareas muy diversas en el mismo centro y, por otro lado, con investigadores con intereses científicos similares pero dispersos geográficamente y que, con iniciativas de este tipo, podrían aprovechar mejor los recursos agrupados que de manera «solitaria».
Ya tenemos centros de investigación que funcionan muy bien, como por ejemplo, el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, el Centro de Regulación Genómica o el Instituto de Tecnología Química.
Ahora solo cabe esperar que las trabas administrativas no frenen el proyecto (por ejemplo, impidiendo la fácil contratación de investigadores o la movilidad de investigadores entre diversos centros) y que el proceso de selección sea lo más justo y transparente posible, sin que la solicitud suponga una carga excesiva de trabajo burocrático a los investigadores.
Bernardo Herradón
IQOG-CSIC
¡Malos tiempos se avecinan para la Ciencia! Y muy especialmente para los jóvenes.
El pasado miércoles, Nature News nos ha dedicado un artículo, y en la edición de PÚBLICO de hoy, hay unas declaraciones del Presidente del CSIC sobre el presupuesto para 2011.
Aconsejo la lectura de los dos artículos.
Bernardo Herradón
IQOG-CSIC
El pasado viernes, 28 de mayo, Manuel Seara Valero y José Antonio López Guerrero me entrevistaron en el programa «A Hombros de Gigantes» de RNE-Radio 5 para hablar de Química en sus diversos aspectos.
En sitios de interés de esta página web, figura el enlace a la página web del programa, dentro de los sitios recomendados en Divulgación Científica. Os recomiendo escuchar este programa, se emite los viernes de 22:00 a 23:00 en Radio 5 (RNE) y si no podéis escuchar el programa en directo, lo podéis hacer a través de su podcast. Ojalá haya más espacios en radio y televisión que se preocupen tanto por la Divulgación Científica com «A Hombros de Gigantes».
La entrevista dió para mucho y, aunque no pudimos tratar ningún tema en profundidad, hablamos de numerosos aspectos de la situación de la Química, entre ellos:
a) La percepción social de la Química y del trabajo del químico.
b) La identidad histórica (entre la Física y la Biología) de la Química a la actual (entre la Biomedicina y la Ciencia de los Materiales).
c) Aspectos medioambientales.
d) Producción de energía.
e) Venter, DNA y proteínas.
f) La Química y las Matemáticas.
g) La Química y las Ciencias jurídicas.
h) Generación y tratamiento de residuos en laboratorios académicos e industriales. Química verde y Química sostenible.
i) La Química y la Cultura Científica.
j) Año Internacional de la Química.
k) Aspectos educativos.
El audio de la entrevista lo podéis descargar aquí.
Bernardo Herradón
IQOG-CSIC
Artículo de opinión publicado en el diario INFORMACIÖN.
Para visualizar, pulsar aquí.
En el diario Información se ha publicado un artículo de opinión que he escrito en colaboración con mis colegas José Luis Neira (Universidad de Elche), Rodrigo Carbajo (Centro de Investigación Principe Felipe) y José Manuel Pérez-Cañadillas (Instituto de Química Física Rocasolano, CSIC). El artículo lo podéis visualizar aquí.
En la edición del 26 de abril de 2010 de la revista The Scientist se publica una noticia que narra que dos artículos que han investigado el mecanismo molecular de la señalización del receptor de estrógenos han sido retirados. Uno de ellos, de 2002, se publicó en PNAS, y desde hace tiempo se tenía sospecha de que los resultados eran «poco fiables»; y, a pesar de ello, el artículo ha sido citado ampliamente (190 veces). Además, el segundo artículo, publicado en Molecular and Cellular Biology en 2007, se basaba en los resultados del primero y también ha sido citado 27 veces.
La retirada de los artículos ha sido realizada tras una investigación interna en Wyeth (actualmente formando parte de Pfizer) dónde trabajan los autores del artículo del PNAS; que comprobaron la inexactitud de muchos datos.
Independientemente de la repercusión científica de este asunto y de otras conclusiones «morales» que se pueden sacar de esta historia, quiero destacar un comentario a la noticia publicada en The Scientist. Lo «pego» a continuación:
High citations: Cited for what?
by Shi Liu
[Comment posted 2010-04-27 14:35:58]
I am wondering why this highly cited 2002 paper got retracted so late. I am also wondering why this paper would be cited by the other researchers if it is doomed to be unreliable. Just because it is a PNAS paper and thus makes it a desirable reference? I know that some papers on how to write scientific papers have taught some tricks on how to cite literature which includes citing the top journals to boost the value of the later work? /////
More ironically, the 2007 Molecular and Cellular Biology paper «further detailed the mechanism of» the 2002 PNAS paper also got retracted even though it self has received 27 citations. Does this mean flawed science is actually infectious? /////
What citation means and how much value should we give to the citation counts?
Creo que el comentario es suficientemente ilustrativo de la tendencia que existe en la ciencia de hoy en día a citar según que cosas, lo que ya fue objeto de un post anterior en este blog.
Una copia del artículo de The Scientist lo podéis ver aquí.
Bernardo Herradón
IQOG-CSIC
Hace unos días hice unos comentarios generales de lo que esperaba de una Ley de la Ciencia y anuncié que en un próximo post analizaría el articulado del borrador de la futura Ley de la Ciencia.
Este mensaje es para pedir disculpas por el retraso, que en parte se ha debido a que las múltiples tareas administrativas y burocráticas relacionadas con la Ciencia (y que no preveo que esta ley vaya a «suavizar») me han impedido escribir el artículo como hubiese deseado. Por otro lado, la situación de baja moral científica por la que atraviesa el colectivo científico (recortes presupuestarios que al CSIC, mi institución, la están dejando en precario; así como el pobre futuro para la Ciencia española) me están afectando y no quería hacer un análisis demasiado pesimista. Espero que esta situación anímica mejore en los próximos días y escriba el artículo previsto.
Como ya sabéis, la Ley de la Ciencia ya pasó el trámite del Consejo de Ministros y, previsiblemente, pasará sin muchas modificaciones el trámite parlamentario. Se han publicado numerosos comentarios en prensa sobre la Ley de la Ciencia, generalmente desfavorables; y la COSCE (Confederación de Sociedades Científicas de España) ha elaborado un informe detallado sobre la ley.
Bernardo Herradón
IQOG-CSIC
Desde hace unos días está circulando el borrador del anteproyecto de Ley de la Ciencia que, aparentemente, será debatido en el Consejo de Ministros del viernes 12 de marzo. Aunque algunos teníamos depositadas muchas esperanzas en esta ley, el análisis de la misma arroja ciertas dudas de si va a resolver los problemas estructurales de la Ciencia española. Debido a que este post es muy largo, lo he dividido en dos partes. En este primer artículo haré unas reflexiones generales y en la segunda analizaré en detalle la Ley de la Ciencia.
¿Qué futuro le espera a la Ciencia española? ¿Qué perspectiva tienen los jóvenes investigadores? ¿Seremos capaces de cambiar el sistema productivo español a uno basado en la Ciencia y la Tecnología? Las respuestas a estas tres preguntas son pesimistas. Como continuación del artículo anterior, hago unas reflexiones sobre la situación de la Ciencia española, de lo que le importa a la Sociedad y de la culpa que tenemos los científicos.
Aparentemente, el Plan Nacional de I+D y los OPIs se van a librar de los recortes adicionales anunciados por el gobierno. ¿Cambia esto la situación de la Ciencia y de los científicos españoles?
En el diario PÚBLICO de hoy se ha publicado el artículo “Contra los muros de la ciencia”, dónde se citan algunos ejemplos de investigación importantes en ciencia que no pudieron ser publicado (o con dificultades) en revistas del máximo impacto. Aunque el artículo no entra a analizar a fondo este asunto tan importante de la difusión de los resultados de la investigación científica, me da pie para tratar este tema.